Una quincena de personas que han realizado un curso de asistencia a vecinos con necesidades completan su formación de forma práctica ayudando a domicilio
Elisa y Dulce llevan unos días juntas y tienen todo el mes por delante. Comparten las mañanas en la casa de ésta y poco a poco su relación va más allá del quehacer diario entre cuidadora y usuaria, y empieza a tornarse en amistad. Elisa Serrano es auxiliar de ayuda a domicilio. Realizó un curso formativo en el Organismo Autónomo Local Dephos de Rincón de la Victoria y ahora hace sus prácticas en casa de Dulce. Una señora de 85 años que por culpa de una lesión de rodilla se ve inmovilizada en una silla de ruedas.
Su jornada comienza hacia las diez de la mañana. Toca despertar y levantarla. Preparar el aseo y el café. La compra, fregar los platos, las camas y limpiar la casa son otras de las tareas que Elisa realiza a diario. "Es un trabajo muy gratificante porque se le coge mucho cariño a estas personas. No sólo se trata de asistirlas con trabajos físicos, sino que además le damos el acompañamiento que necesitan. Las dos nos contamos nuestros problemas", explica Elisa, quien sólo tiene elogios para Dulce por su buen carácter. Mientras, ella se dedica a bordar. Es su pasión desde que con 23 años ejecutara con otras compañeras el manto de Zamarilla. Esta orgullosa de que a su edad todavía no use gafas y haya sacado adelante en los últimos años, una saya, un manto y cinco estandartes para la Cofradía de la Virgen de los Dolores de La Cala del Moral.
"Estoy muy contenta, se me han presentado dos ángeles. Yo no me merezco tanta suerte. Siempre había estado preocupada por lo que sería de mi sola en casa", comenta Dulce mientras da las últimas puntadas.
Con ellas, también está Puri Balmisa. Una auxiliar de ayuda a domicilio que lleva dos años asistiendo a esta mujer a diario. Ahora, continúa haciéndolo pero con la ayuda de Elisa a la que enseña con empeño.
En total, según explicó el edil de Bienestar Social, Ricardo Vivas (Psirv), en Rincón de la Victoria hay 130 personas que reciben esta prestación asistencial que pasan desde las dos horas semanales a las diez como tiene Dulce. Casi un centenar, está en lista de espera. "Tenemos un presupuesto corto y cada vez hay más demandantes. Esperamos atender a más personas en la medida de que la ley de dependencia nos vaya liberando de los usuarios que se acojan a ella", indicó el edil. Por su parte, María José Albarracín (Psriv), responsable de Delphos manifestó que la organización de este curso de ayuda a domicilio se debió a la gran demanda que existía para aprender el oficio. Han sido quince personas las que lo han completado y que podrían estar dentro de poco trabando gracias al compromiso que han adquirido con la empresa Clece, responsable del servicio, para que abra una bolsa de trabajo y sean estos alumnos los que tengan prioridad a la hora de optar a una plaza vacante.
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