Hace doscientos siglos que nuestros antepasados, los hombres de Neanderthal malagueños, potenciaron un asentamiento en el litoral en unas cuevas de la zona de los Cantales. Fue un seguro refugio para aquellos homo sapiens...
MALAGA. ... que se enfrentaban cotidianamente a grandes peligros y a las inclemencias del tiempo. Las grutas habían sido excavadas por la fuerza del mar que había creado en ellas grandes espacios donde hacían la vida con sus ritos y ceremonias.
De estas cuevas, la más importante según los indicios estudiados sobre el terreno, parecía ser la que se llamó durante siglos del Higuerón y que el profesor Laza Palacios bautizó posteriormente como Cueva del Tesoro.
La rudimentaria mente de aquellos seres los inducía a aferrarse a determinadas creencias que justificaran los inexplicables misterios que rodeaban su vida: adoraban al sol, padre de lo creado; ala madre tierra, que le proporcionaba los alimentos, y la luna, que les daba protección durante la noche.
En las plácidas noches de la costa malagueña, los grupos se sentaban a la entrada de las grutas. Estas reuniones se prolongaban hasta la aparición en el firmamento de su adorada diosa de la noche, Noctiluca, a la que le rendían culto con cantos rituales y danzas que ejecutaban en torno al fuego.
Cualquier curioso puede comprobar durante las madrugadas de los meses de enero y febrero, si mira en dirección a la sierra de Mijas, cómo se produce un momento astronómico en el que el lucero del alba, Venus, se sitúa sobre la Luna que, en su fase de cuarto creciente, adopta la forma de barca o cuenco bicorne que parece sostener al planeta. Para aquellas mentes poco desarrolladas, el fenómeno representaba a su venerada diosa.
El éxtasis de aquellos seres debió producirse cuando en sus exploraciones por el interior de la cueva descubrieron entre las figuras formadas por estalagmitas y estalactitas, una enorme sala en la que existía una formación pétrea en la que creyeron ver a la diosa envuelta en un manto con un gran ojo circular en su cabeza y, a sus pies, una base bicorne. No debió asaltarles la más mínima duda: era Noctiluca. Y allí sigue desde el comienzo de los tiempos.
http://benalmadenadigital.es/cultura/leyendas/5017.html
lunes, 23 de febrero de 2009
La diosa de la noche de El Rincón de la Victoria
Etiquetas:
Patrimonio cultural
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