Una monitora transmitió la enfermedad a una menor de dos años. Los demás alumnos se han sometido a las pruebas y ahora siguen un tratamiento preventivo que durará dos meses
Un total de 113 niños de una guardería de la Cala del Moral, en Rincón de la Victoria, siguen un tratamiento preventivo contra la tuberculosis, después de que se detectaran dos casos en el centro. Al parecer, una monitora había contagiado la enfermedad a una alumna de dos años.El caso de la menor se diagnóstico el pasado 30 de abril. Tras los primeros síntomas se realizaron las pruebas de mantoux para saber si había resultado infectada y los resultados fueron positivos. La dirección de la escuela Andaluna comunicó estos hechos a la Delegación de Salud, que activó el protocolo de actuación para estos casos, según explica Juan Borrajo, responsable del departamento de Medicina Preventiva de la administración. "La menor tenía tuberculosis ganglionar, que no se contagia. Había que averiguar el origen de la infección y primero analizamos su entorno familiar, como indica el protocolo", señala Borrajo.
Diagnóstico.
Los familiares se sometieron a las pruebas del mantoux, radiografías y placas de tórax para comprobar si se había producido contagio del bacilo de la tuberculosis. Como los resultados fueron negativos se procedió a analizar a los profesores del centro, el siguiente paso recogido en el plan de actuación. A mediados de mayo se descubrió que una monitora había dado positivo en la prueba, pero había que efectuar otros procedimientos diagnósticos para conocer la variante de la enfermedad. El 10 de junio se comprobó a través de la baciloscopia que la profesora estaba afectada de tuberculosis pulmonar, que sí es contagiosa. "Al día siguiente se convocó una reunión para informar a los padres de los niños y realizar las pruebas diagnósticas", precisa Borrajo.
Los responsables sanitarios efectuaron el test del mantoux a los 113 niños de la guardería. Aunque ninguno resultó infectado, todos los alumnos se han sometido a un tratamiento preventivo de quimioprofilaxis durante dos meses. Esta terapia a base de antibióticos está indicada en pacientes de riesgo que han podido estar en contacto con el germen y podrían desarrollar la enfermedad. Al cabo de dos meses, se volverán a someter a las pruebas.
El contagio de la enfermedad a la menor de dos años ha generado alarma entre los padres de los alumnos, que aseguran que ha faltado información sobre este asunto. "No nos gusta que el caso de la niña, que se conoció en abril, permaneciera oculto hasta hace una semana. Nuestros hijos han estado en riesgo y no hemos sabido nada", asegura el padre de un menor que se puso en contacto con este periódico.
En esta línea se pronuncia Sandra, madre de otro alumno. "Han tardado en comunicarnos lo que pasaba. No entendemos por qué no le hicieron antes a la profesora la prueba de mantoux. Y el tratamiento que tienen que seguir los niños ahora puede ser ofensivo", indica. No obstante, los padres se muestran más tranquilos dado que no se ha diagnosticado ningún caso más.
Salud insiste en que actuó con diligencia y las medidas se ajustaron al protocolo. "Estos casos no se pueden resolver en 24 horas. El factor tiempo no tiene ningún sentido. El centro y la delegación cumplió las directrices, primero analizar a la familia de la menor y luego al personal del centro. Creo que la actuación ha sido impecable y en cuanto se ha sabido el caso de la profesora se comunicó a los padres", subraya Juan Borrajo.
El propietario de la guardería, Darío Alcaide, aseguró a este periódico que el centro cumplió las medidas marcadas por las autoridades sanitarias y que desde el principio hubo transparencia en el caso. "Nos hemos limitado a seguir el protocolo", afirma el responsable de esta escuela infantil concertada con la Junta.
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