Se pretende que el agua no arrastre los sedimentos y que llegue limpia al mar · Está previsto que los trabajos, que afectan a seis arroyos, concluyan en septiembre
Si en Rincón de la Victoria volviesen a caer los 225 litros por metro cuadrado de agua que la gota fría dejó en algunas zonas el 28 de marzo de 2004, la ciudad presumiblemente no se inundaría. La principal razón es porque las lluvias torrenciales no arrastrarían desde Parque Victoria más de mil millones de kilos de sedimentos que arrasaron con 1.000 vehículos, 300 casas y con infraestructuras por valor de 24 millones de euros. La medida, la ha puesto la Consejería de Medio Ambiente con la construcción de nueve diques en seis arroyos del municipio.
El delegado provincial de Medio Ambiente, Ignacio Trillo, visitó ayer, acompañado de los responsables municipales, los trabajos de construcción de los diques incluidos en el proyecto de Defensa Hidrológico-Forestal de las Cuencas de Rincón de la Victoria presupuestado en más de un millón de euros.
Concretamente esta actuación que comenzó en noviembre y finalizará en septiembre, se está realizando sobre los arroyos Cementerio, Piletas, Las Viñas, Pilones, Villodres y Granados. Los diques se han construido con una capacidad de retenida de 600.000 metros cúbicos de unos sedimentos que deberán ser limpiados periódicamente. Se han ejecutado 2.100 metros cúbicos de hormigón en el paramento de cuatro diques, de los cuales se ha terminado el de Las Viñas que está a seis metros de altura.
"Se trata de evitar que en el caso de que se presenten esas mismas lluvias, los diques actúen de cubetas, de forma, que se queden los sedimentos y el agua baje limpia hasta el mar", explicó Ignacio Trillo quien recordó que el día en que se produjeron las inundaciones en Rincón de la Victoria cayó el 80 por ciento del agua acumulada durante el presente año hidrológico.
La actuación de prevención finalizará entre los meses de octubre y diciembre con la reforestación de 30 hectáreas de márgenes de arroyo con 30.000 árboles, entre fresnos, chopos, acebuches, algarrobos y pinos para fijar el suelo e impedir los daños provocados por los sólidos arrastrados por la corriente fluvial en épocas de gota fría. Así mismo, los sedimentos recogidos pueden usarse para la regeneración de playas de la ciudad.
"No podemos modificar el trazado de la zona constructiva pero sí dar seguridad a la población con obras complementarias que evite los grandes daños que causaron entonces", manifestó Ignacio Trillo, quien agradeció la colaboración del Ayuntamiento rinconero. Por su parte, el alcalde, José Miguel Fernández (Psirv), indicó que "las obras son una garantía para la ciudad para que los vecinos estén más tranquilos."
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