En el Consejo de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla, celebrado el 16 de Abril del pasado año 2007, se aprobó la denominación de "HUERTA CARRILLO Y NAVARRO" a un vial de la prolongación de la calle Mustafa Arruf.
Dicho vial se puso en funcionamiento a primeros del corriente año.
Para conocimiento general me gustaría contar algo sobre esta Huerta.
Corría el año 1870, y en una de las muchas casas humildes de Benagalbón, en la provincia de Málaga, nacía el tercer varón de la familia CARRILLO GARRIDO, lo bautizaron con el mismo nombre de su padre: ANTONIO.
Era alto el chico, terriblemente alto para aquella época, en su madurez, más de 1.90, delgado y pelirrojo.
Creció en el pueblo, donde fue muy conocido, le pusieron de apodo "EL TEJON ", trabajó donde pudo, y ayudaba a sus padres en las labores del campo.
Le tocó hacer el servicio militar en África, y fue destinado a la Compañía de Mar en la Isla de Alhucemas. Tenía dotes para los negocios y en los ratos libres y principalmente por la noche, pescaba y se sacaba unas pesetas que ahorraba.
Allí, conoció Antonio Carrillo a una chica, hija del Sargento de los Hombres del Mar CONCEPCIÓN CAPARROS RUIZ, nacida en EL PALO --provincia de Málaga-- (sexto miembro de una familia de 11 hermanos) y doce años menor que él (nació el 23.10.1882)
Allí tuvieron su primera hija, ANTONIA y a principios del Siglo XX deciden venir e instalarse en Melilla. Concretamente en lo que se conocía vulgarmente como BARRIO OBRERO. En los bajos de la misma casa ponen una tienda de comestibles y empiezan a suministrar al Ejército. Al que siguieron en sus avances por territorio marroquí, instalando tiendas, para suministrarles víveres y bebidas.Llegaron a tener 18 tiendas en lo que posteriormente vino en llamarse "Zona del protectorado", poniendo al frente de ellas a familiares y amigos de Benagalbón.
Hace pocos años, en una visita que hice a ese Pueblo --por cierto: blanco, lleno de luz y flores... está precioso-- me decía un cartero muy mayor que el Pueblo le debía un homenaje a su hijo EL TEJON, ya que había ayudado a muchas familias en tiempos malos.Amplió los negocios y compró barcos de pesca (llegó a tener tres). Montó una fabrica de Salazones en la Explanada de San Lorenzo y exportaba pescado, tanto a la Península como al extranjero.
El matrimonio CARRILLO CAPARROS formó una gran familia. MAMA CONCHA, como la conocía toda la familia, tuvo 22 hijos (De ellos dos partos dobles y uno triple) desgraciadamente sólo vivieron siete hijos, menos la mayor, todos nacidos en Melilla (5 Mujeres y dos hombres), tuvieron 22 Nietos y 34 Bisnietos.
Actualmente viven sus hijos Margot (que está en Madrid) y Carmen y Antonio que siguen viviendo en Melilla.Mama Concha fue una de las mujeres, que aparte de llevar la Casa, simultaneaba el trabajo con la tienda principal de Comestibles instalada en la calle General O'Donnell
De los hijos, ninguno se quedó en el negocio: Antonio ejercicio la medicina; Tomás, Intendente Mercantil, emigró a las Américas y se afincó en Venezuela; Concha y Encarnita se casaron y pusieron su residencia en Tetuán; Margot y Carmen siguieron a sus maridos, militares ambos, a los destinos Peninsulares que les dieron.La hija mayor del matrimonio, ANTONIA, nacida el año anterior al cambio del Siglo XX, muy jovencita, con 19 años, se casó con un chico de Guadalajara, siete años mayor que ella, TOMAS NAVARRO LOPEZ, quien se incorporó al equipo de trabajo de la Empresa.
Hombre instruido en letras y con visión comercial, aportó sabia nueva.El matrimonio tuvo 2 hijos: ENRIQUE Y ALICIA. Ambos nos dejaron, desgraciadamente, muy jóvenes, hace algunos años y su descendencia se compuso de cinco nietos (estando dos de ellos afincados en Melilla) y 9 bisnietos.Compró varios terrenos en diversos barrios de Melilla, construyó, alquiló y vendió viviendas. Se hizo lo que hoy se llama un "Agente Inmobiliario".En el año 1927 se compraron dos terrenos contiguos de labor en el campo exterior de 4.60 y 7.35 Hectáreas, respectivamente, sumando casi 12 Hectáreas Se los valló y se plantaron, independientemente de las chumberas que ya existían, infinidad de árboles frutales: Melocotones, perales, higueras, manzanos y multitud de viñedos, para hacer allí mismo el vino. Se hizo un lagar y allí mismo se pisaba la uva y se envasaba en barricas.
Yo recuerdo aquellos hombres lavarse escrupulosamente los pies, ponerse unas alpargatas blancas y ponerse a pisar la uva. En más de una ocasión me dejaron acompañarlos, lógicamente me enfangaba hasta más de la cintura.
A esa parcela, a esa huerta, no se le puso nombre nunca, pero era LA HUERTA ...LA HUERTA DE CARRILLO Y NAVARRO.Se construyeron unas pequeñas casas, que utilizaba parte del personal que allí trabajaba y una gran Casa Solariega, que utilizaba la familia algunos veranos y en ocasiones esporádicas, por ejemplo en el verano del 36, con los bombardeos del "Jaime" o aquel famoso verano que hubo terremotos de continuo y que los melillenses procurábamos dormir con el menor techo posible
Con el tiempo, con la venta y/o cierre paulatino de las tiendas, las expropiaciones del terreno, parte para el aeropuerto actual, otros trozos para carreteras y el famoso camino de Carros, se creyó más comercial alquilarla, y así se hizo, concretamente al Grupo de Regulares, hasta su desaparición de Melilla.Al cesar el alquiler se vendió el resto.
Aquella zona se ha urbanizado, recientemente se ha construido la nueva Residencia de Mayores del Imserso y al vial de entrada se le ha denominado HUERTA CARRILLO Y NAVARROHemos tenido la satisfacción de ver el reconocimiento, pequeño en las formas, enorme en el gesto de homenajear a unas familias de melillenses, a unas familias humildes, trabajadores como los que más, que con mucho sudor y enorme entusiasmo crearon su parcela, construyeron su hogar, dieron trabajo, generaron riquezas …
Reconocimiento a unas de las muchas familias de las que hicieron la historia de Melilla.Reciba señor Presidente, nuestro agradecimiento y rogamos hiciera de portavoz de los descendientes de las familias CARRILLO Y NAVARRO, para hacerla extensivas expresamente al Consejero de Fomento, que llevó la iniciativa, como así mismo a todos y cada uno de los miembros del Consejo de Gobierno que aprobaron en su día la propuesta. Estamos enormemente orgullosos de que nuestros antepasados tengan una calle con sus nombres, en la Ciudad que les acogió y que ellos con su esfuerzo ayudaron sin duda a engrandecerla.
Por José Antonio Calderón Carrillo
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